No es MTV, es Rockervolución TV

lunes, 16 de abril de 2007

Oblivion: la primera experiencia

Era 1986 y estábamos en la preparatoria. Como es usual, varios elementos se unieron al grupo de los que ya veniamos de la secundaria. Pero uno de estos personajes cambiaría nuestra percepción de la música por siempre: el estimado y bien ponderado Eduardo Aoyama. Sucede que Eduardo, como a varios de nosotros le encantaba la música, en especial el metal; pero a diferencia de todos el llegaba con un accesorio hasta la fecha poco conocido en vivo, y en terrenos de la escuela menos (muy a la Richi Valence): una guitarra eléctrica.

De inmediato hicimos buenas migas, y como era costumbre por aquellos años empezamos a intercambiar cintas con selecciones de rolas de la discografía más codiciada (aún en vinil) y hasta de extractos de la programación de radio que se atrevía a transmitir este género tan temido.

Aunque no recuerdo bien las circunstancia, salió que en algún momento de mi vida había intentado aprender a tocar la guitarra, aunque la experiencia no fue muy buena considerando que el estilo del maestro era de música folklórica, pero total que un día nos juntamos en casa y me puse a cantar, el a tocar y poco a poco empezamos a aprender como sacarle provecho al pequeño estéreo de casa y a una maraña de cables. Más dramático fue cuando Eduardo llevó un pedal de efectos (un flanger) y la guitarra sonaba "cuangg".

No recuerdo cuanto nos llevo, pero en una primera alineación nos reunimos Eduardo, Hugo, Paco y un servidor. Paco por ese entonces andaba muy clavado con la mezcla de audio y compró una mezcladora, donde empezamos a conectar un par de guitarras y un micro; así que el se convirtió en una especie de productor/ingeniero de sonido.

Después conocimos a Jorge, amigo de Eduardo que tocaba el bajo. Como olvidar esa visita al cuarto de servicio de su casa donde ensayaba y todas las paredes estaban cubiertas de cartón de huevo (que para amortiguar el ruido).

Y luego vino el nombre del grupo. Tras un par de días de incesante búsqueda al azar en varios diccionarios y enciclopedias encontramos una palabra que nos gusto: OBLIVION.

No cabe duda de que cuando a uno se le mete una idea en la cabeza, el límite es el cielo. Hasta diseñamos nuestra cajita para el demo, le encargamos a un compañero (Samir) que nos hiciera un par de bosquejos de un logo, y le pusimos los créditos y todo el show, aunque para ese entonces tendríamos 2-3 canciones bastante rudimentarias.

Pero nos tratábamos como estrellas. Nos organizábamos nuestras sesiones fotográficas (la mejor fue la épica en el Hotel de México, con los murales de Siqueiros), las pedas también eran de rigor, pero era más la convivencia que otra cosa, pues nuestros conocimientos musicales no daban para más.

Todo duró hasta 88. Pero la aventura solo había comenzado.

No hay comentarios.: